martes, 18 de noviembre de 2008

Esta vez, con Dano

Los enananos venucinos devoran,
casi como si las pieles, cristales, amapolas,
artísticos artrópodos articulan
entre los manoseados sueños y la eterna espera.
Rabiosa como un torbellino de plumas perfumadas,
una furia roja, sangrientos soles negros
iba repartiendo otoños a su paso
como si tuyas fuesen todas las palabras, los gritos, las ausencias
como una huelga general.
Es que al final, las lenguas marcan el principio.

1 comentario:

Néstor Sbariggi dijo...

Lindo lindo Vero. Lo de la huelga general me encantó. Seguí así

Beso