Los enananos venucinos devoran,
casi como si las pieles, cristales, amapolas,
artísticos artrópodos articulan
entre los manoseados sueños y la eterna espera.
Rabiosa como un torbellino de plumas perfumadas,
una furia roja, sangrientos soles negros
iba repartiendo otoños a su paso
como si tuyas fuesen todas las palabras, los gritos, las ausencias
como una huelga general.
Es que al final, las lenguas marcan el principio.
1 comentario:
Lindo lindo Vero. Lo de la huelga general me encantó. Seguí así
Beso
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