jueves, 9 de octubre de 2008

Te quiero

Quién me enseñará a fijar la mente en los libros, las actividades y proyectos. Quién me enseñará, pregunto, a tener más de dos neuronas a disposición de lo que está pasando, a ver formas y no contornos.
Cómo será volver a sentir el viento entre los pelos de mis piernas, ver el mundo desde los propios ojos y no desde ese otro ángulo tan conocido.
Quién me dará la mano para decir la palabra verdadera, la palabra para cambiar este mundo (ese que entre todxs estamos construyendo, y cuya creación si no es a dos no me interesa).
En qué lánguida tarde, o amarilla noche, seré una sola.
Dejarán las niñas que me apuntan las sienes de amenazarme, o desaparecerá la angustia.
Saldrá de mi una frase sanadora, la frase que se basta a sí misma, dejando atrás lo falso para siempre.
Quién comprenderá lo intrincado de mis actos, o dará vida a los deseos atascados en el pantano de los días.
Quién, digo, quién, me enseñará a caminar, como si recién descubriese el universo entero, me abrirá la boca y extraerá de ella una palabra, solo una palabra llena de verdades, izará mis cabellos hasta la nada, vaciará mis ojos de cristales, arrancará la piel de iguana, me exasperará, me doblará y rehará a su antojo, y sacará de mi todo aquello sin sentido, manipulará mis manos de arcilla, creará mundos nuevos con solo pulsar mis fibras.
Quién volverá sobre sus pasos a buscarme, desandará camino para reandarlo al lado mío, dará a mis ojos una visión taumatúrgica, llenará los días de soles, pequeños soles de colores, plásticos, cambiantes. Creará caminos nuevos dulces de caminar, perdonará mis decires, verá a través de mis acciones.
Qué maravilloso ser sabrá leer entre las líneas de mis noches, dejará de lado el pasado y construirá un futuro como de praliné.
Daré entonces el alma, llenaré entonces las copas, tendremos para nosotros todos los recuerdos, sabremos nuestros todos los devenires, poseeremos todas las canciones.
Y cada estrella, cada flor, cada ombú, cada noche compartida cobrará sentido en sí misma, será para mi todo, y todo será para mi.
Será entonces el mundo muy otro que este, será todo inconmensurablemente hermoso, cuando vuelva sobre mis pasos de mis manos a esas manos, deshaga a conciencia mis errores y prefiera la felicidad al sufrimiento, seré la metáfora y no la muerte de la metáfora, tendré en el cuerpo todos los inviernos, toda la felicidad, todo el cuerpo tuyo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahhh, los seres humanos somos seres pasionales ademas de racionales....
A veces quisieramos que la razon nos indicara el camino correcto, entender profudamente los misterios de la naturaleza y del conocimiento, pero nuestras emociones estan siempre en juego, y son las que le indican a la razon el camino que queremos seguir....
Y es tan necesario vivir intensamente el juego de las emociones!! No se hasta que punto podamos entendere el por que de las emociones... solo quiero que jamas nos abandonen ya que una vida sin emociones es la mas insipida de las muertes....

bsos!