Si te agarrase en medio de la resaca
la vil mañana, soleada mañana
con los estridentes cánticos pajariles
y sin lentes ahumados.
Si esa cruel mañana te sorprendiese lejos del lecho
y los vapores del licor aún recorriesen tus venas
o debieses enfrentar obligaciones
soportar reuniones.
Camina por la sombra, ebrio madrugador;
escóndete de la cegadora luz del sol
salva tu piel del calor
después de la siesta todo será mejor.